Una parte vital de la experiencia de aprendizaje en el Seminario es el Pueblo de Dios. Pero el aprendizaje no solo se limita al Pueblo de Dios.
El mundo en sí es nuestro salón de clases, y los estudiantes amplían su aprendizaje en muchos lugares del mundo con experiencias de educación de campo, talleres, y seminarios.
La esencia de la tradición reformada es un impulso hacia la innovación: "la Iglesia, una vez reformada, siempre está siendo reformada de acuerdo con la palabra de Dios".
El Seminario está fortaleciendo su compromiso central de preparar a hombres y mujeres para el ministerio, al tiempo que proporciona espacio en el plan de estudios para nuevas formas de Ministerio y Servicio Cristiano al que nuestros estudiantes se sienten llamados.
El Seminario promueve la excelencia académica como una expresión fiel de amor a Dios.
Esta institución de aprendizaje alimenta la curiosidad intelectual y fomenta la investigación teológica.